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Escuelas-Monterrey
Universidad-México
ENSAYO DE INDUMENTARIA
TEMA: ANTIGUAS CIVILIZACIONES
MAESTRA: LIC. ELENA GARCIA GOMEZ
ALUMNA: SONIA ELIZABETH GARZA PERALES.
(F-2914)
GRADO: 3º DE DISEÑO DE MODAS
SAN NICOLAS
DE LOS GARZA, N. L. OCTUBRE-2012
Costumbres
de la Antigua Grecia
Las costumbres de la Antigua
Grecia son las rutinas diarias de los habitantes, las ciudades, los oficios, la
economía, sus necesidades y sus beneficios.
Los griegos creían en un
panteón de dioses y diosas que estaban asociados con los aspectos específicos
de la vida. Por ejemplo, Afrodita era la diosa del amor, mientras Ares era el
dios de la guerra y Hades el de los muertos. Algunas deidades como Apolo y Dionisio
revelaban personalidades complejas y mezcolanza de funciones, mientras otros
como Hestia (literalmente ‘hogar’, ‘chimenea’) y Helios (literalmente ‘sol’)
eran poco más que personificaciones. Había también deidades específicas de un
lugar: dioses de los ríos, ninfas de manantiales, cuevas y bosques. Héroes y
heroínas locales también solían ser venerados en sus tumbas por habitantes de
las zonas cercanas.
Muchos seres descritos en
los mitos griegos podrían ser considerados «dioses» o «héroes». Algunos sólo
eran reconocidos en el folclore o adorados localmente en ciertos lugares (por
ejemplo Trofonio) o durante festivales concretos (por ejemplo Adonis). Los
templos más impresionantes tendían a estar dedicados a un número limitado de
dioses: los doce olímpicos, Heracles, Asclepio y ocasionalmente Helios. Estos
dioses fueron el centro de grandes cultos panhelénicos. Era sin embargo común
que muchas regiones y poblaciones dedicasen sus propios cultos a las ninfas,
los dioses menores y los héroes locales. Muchas ciudades también honraban a los
dioses más conocidos con ritos locales característicos y les asociaban extraños
mitos desconocidos en los demás lugares.
Higiene y cuidado personal
A pesar de la modestia en la
que vivían muchos griegos, estos tenían un especial cuidado por su higiene
personal. Desde el periodo arcaico, desde niños aprendían a nadar y se bañaban
en ríos y en el mar. Durante la época clásica, las casas comenzaron a tener
cuartos de aseo y pequeñas bañeras, hechas de barro, piedra o ladrillos. Estas
se llenaban con agua caliente y se vaciaban a mano.
También surgieron los baños
públicos, lugares de encuentro y discusión, solo para hombres, porque las
mujeres no concurrían a ellos.
Las mujeres libres llevaban
largas cabelleras (a diferencia de las esclavas, las cuales llevaban el cabello
corto), a las que les solían dedicar diversos cuidados durante diversas horas
del día. También podía requerir varias horas el embellecimiento con cosméticos
y perfumes. Las mujeres libres se maquillaban para diferenciarse de las
esclavas; solían prestarle especial atención a sus uñas y se rasuraban el vello
corporal. La higiene corporal contrastaba con la suciedad y el desorden de las
ciudades.
Vestimenta:
El traje ordinario en la
Antigua Grecia constaba de dos piezas:
La inferior, el quitón, era una túnica, por lo
común, sin mangas que llegaba hasta las rodillas y se ceñía a la cintura.
La superior, el himatión, consistía en una
especie de manto rectangular que se echaba sobre el hombro izquierdo y se
recogía por el lado opuesto, dejando ordinariamente libre en sus movimientos el
brazo de esta parte; y cuando se iba de viaje o de guerra se cambiaba el
himatión por la clámide, capa rectangular en tres de sus lados y algo circular
en la parte que rodeaba el cuello, más corta que el manto y abrochada con
fíbula sobre el hombro derecho.
La túnica o quitón sufrió
muchas variaciones siendo una de ellas el exomis, propio de obreros o esclavos
que dejaba al descubierto el hombro derecho con todo el brazo. Asimismo, la
túnica larga, propia de nobles, de filósofos y de mujeres y el diploide o doble
quitón, formado por una túnica larguísima que se redoblaba hacia la cintura.
Dichas piezas se hacían de
lino, de lana o de biso y más delante de seda y se adornaban con franjas a modo
de galones y con otros bordados, siempre con sobriedad y buen gusto, dando
preferencia a los colores blanco y verde.
Solían ir los griegos con la
cabeza descubierta pero cuando era necesario resguardarla de la intemperie,
llevaban el píleo, gorro semiovoideo de piel o la mitra a modo de turbante
oriental o el pétaso que era un sombrero de fieltro y con alas. Para calzado
(que ordinariamente, no se usaba dentro de casa) se servían de la crépida,
especie de sandalia o de la carbatina semejante a la abarca de los pueblos
montañeses, o bien del coturno, parecido a un borceguí el cual servía
especialmente para los actores de la tragedia, dándole entonces gran altura con
una suela de madera muy gruesa. Las mujeres griegas usaban larga túnica a veces
en forma de diploide y sobre ella, el himatión o peplos; esta última pieza,
amplia y de forma rectangular, se llevaba unas veces a modo de túnica ceñida y
otras como manto, considerándose siempre como la túnica superior de Minerva. Se
cubrían la cabeza con un velo llamado calyptra, cuando no llevaban el manto de
modo que bajase desde ella.
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